Kodak ha anunciado el lanzamiento de una nueva cámara Super 8. Con un diseño industrial, opciones de lentes y un sistema completo. La cámara se mostró por primera vez en CES 2016 y tenía un precio recomendado de alrededor de 1.800€. Pero el modelo que sale ahora, de edición limitada y más funciones digitales, tiene un precio sensiblemente superior, de 5.000€
La producción virtual ya es una realidad que sin duda ha venido para quedarse, y a estas alturas son más que conocidas las ventajas que presenta rodar en VP ICVFX (In-Camera Visual Effects). Esta innovadora manera de rodar está siendo considerada uno de los mayores avances tecnológicos en la industria de los últimos años que contribuirá a seguir evolucionando y engrasando esta maquinaria de ilusiones que llamamos Cine. En este artículo, el director de fotografía Manu León nos explica las claves de uno de sus rodajes realizados en un plató con volumen LED al que le ha dado una vuelta de tuerca: captar la imagen en soporte fotoquímico.
El LDT-F1 aborda los retos en la producción de películas en celuloide al ofrecer opciones de monitoreo en tiempo real en el set y un sistema de registro de datos de lentes. El LDT-F1 toma el video de la cámara y procesa la transmisión aplicando una superposición digital de información en directo de la lente y la cámara, líneas de fotograma personalizables y una opción de descompresión personalizada para lentes anamórficas.
Aquí y Allí films, en coproducción con Elamedia, comenzaron la pasada semana el rodaje de Golem, una comedia surrealista con toques de realismo mágico, dirigida por la pareja de cineastas Juan González y Fernando Martínez, los Burnin’ Percebes (La reina de los lagartos). Golem cuenta con un elenco formado por Brays Efe, Bruna Cusí, Javier Botet, Luis Tosar y Anna Castillo y la dirección de fotografía de Ion de Sosa.
Blanca Torres y Gabriel Velázquez, directores de Análisis de Sangre Azul, decidieron prescindir de la alta definición para simplificar el equipo a una diminuta cámara de super8 y sus bobinas. No les importó no poder visionar el metraje durante el rodaje, puesto que les interesaba que fuera el psiquiatra Pedro Martínez quien con su estilo a lo "científico loco" filmara esta obra documental sobre su enigmático paciente inglés.