Cuando se descubre la historia del cine por vez primera, más allá de los últimos estrenos y blockbusters, nos maravillamos con el talento de Orson Welles en Ciudadano Kane, con la narrativa de Griffith, la magia de Méliès, Potemkin y Einsenstein. Más adelante, El Padrino, Barry Lyndon, Apocalypse Now, Blade runner o In the Mood for Love. Conforme descubrimos el abanico sensorial que nos proporcionan estas películas, vamos familiarizándonos con quiénes están detrás de estas imágenes y es cuando, quizá, se empieza a valorar la dirección de fotografía. Se descubre el genio de Billy Blitzer, de Greg Toland, Eduard Tisse, Gordon Wilis, Storaro, y tantos otros que nos han dejado imágenes inolvidables. Con el tiempo, uno quizá se pregunte no sólo cómo consiguieron crearlas sino por qué sólo hay hombres entre estos fotógrafos.
Las características del trabajo hacen que, en cuanto se deja de trabajar, aunque sea por un periodo breve, el reenganche sea arduo. Los equipos donde uno trabajaba ya no existen, hay otras personas con las que cuentan, o la crisis ha devastado el sector al completo. No existen mecanismos que protejan estas circunstancias y no parece haber soluciones claras. Esto debería preocuparnos a todos, porque puede sucederle a cualquier profesional del sector por muchos otros motivos, tanto médicos como personales.
Los horarios de los rodajes dificultan compatibilizarlos con niños. Tami Reiker nos ha hablado del apoyo que ha recibido por parte de productores, que le han dado facilidades para llevarse a su hijo con ella a los rodajes y ofrecido espacio para niñeras. Nina Kellgren recuerda haber pasado tanto tiempo organizando que alguien cuidara de su hijo como en preproducción. Son grandes ejemplos que nos muestran que sí es posible seguir con esta carrera y ser madres, pero que son parte de sectores quizá muy diferentes al español. Si partimos de que las mujeres trabajan en proyectos de bajo presupuesto y los márgenes de la industria, el esfuerzo salarial de contratar niñeras a tiempo completo puede ser excesivo y, por otra parte, las producciones probablemente no estén dispuestas a asumir, por limitaciones presupuestarias, concesiones que faciliten esto. Sí observamos, muy gratamente, que entre las encuestadas parece haber una tendencia a una mayor disposición por parte de sus parejas de repartir el cuidado de los niños, lo cual les da una mayor flexibilidad.
“Sin duda, aplacé mi deseo de tener familia porque pensé que debía empezar antes mi carrera. Conozco a muchos hombres mayores que no cuidan a sus hijos porque su mujer hace las cosas de casa, pero también conozco a muchos jóvenes directores de fotografía a los que sí les importan sus hijos y que cancelan un trabajo si hace falta. Hay un cambio en la nueva generación de hombres en el cine” (DoP que no quiere publicar su nombre).
“Uno de los regalos más lindos que la vida me ha dado fue cuando mi hijo tenía once años y no llegué a la celebración del día de las madres en su escuela por estar filmando en Perú y él me dijo: “Mami, quiero que sepas que gracias a ti sé que todos mis sueños se pueden hacer realidad porque tú lograste el tuyo. Gracias por haberme enseñado esto con tu ejemplo.” (Celiana Cárdenas)
“Cuando volví era en plena crisis. Todos los equipos con los que yo había estado trabajando se habían reubicado y me costaba encontrar sitio de operadora de cámara. Entonces pensé que era el momento. Si ya tenía que empezar otra vez de cero, era el momento de hacerlo como directora de fotografía. Fue volver a reinventarse y volver a empezar de cero, poquito a poco y con proyectos pequeños. Ahí empecé hace ocho años a hacer estas cosas y de momento llevo tres pelis y en este momento estoy haciendo un documental con Manolo Martín Cuenca en Estados Unidos y con proyectos para este final de año y todo el año que viene. O sea, parece que está dando sus frutos, aunque ya te digo que me está costando [ríe]. Pero ahí estoy. Empezando de nuevo. (…) Cada vez que intentar volver tienes que reinventarte, por eso creo que las mujeres tenemos un condicionante, ya que casi todas las chicas que vienen nuevas están siendo madres y les cuesta, aunque imagino que compatibilizar tener hijos, padres, familia y crecer en tu oficio es siempre difícil. El mundo de la conciliación todavía no está conseguido y realmente es difícil el hecho, cuando tienes familia parece que recae toda esa responsabilidad más sobre la mujer y que cuesta más compatibilizarlo. Yo siempre cuento que en India veíamos a mujeres trabajando con los niños por el suelo, jugando, y esto si eres directora de fotografía es muy difícil. A las mujeres nos cuesta más.” (Eva Díaz)
“Iba con el ‘barrigón’ a los rodajes y me decían que me sentara. Cuando tuve a mi hija paré un tiempo, porque los horarios de esta profesión son muy difíciles de compaginar con la maternidad. Sentía que mi hija sólo iba a ser bebé una vez y quise disfrutar de ese periodo con ella. Volver a trabajar coincidió con la crisis, muchos de mis clientes ya tenían otros operadores habituales, y me supuso empezar casi de cero.” (Isabel Ruiz)
“Tradicionalmente, el peso de la crianza ha caído en la madre, ellas son las que han sacrificado su carrera, mientras que los hombres no. Yo creo que entre todos estamos cambiando las cosas. En mi caso, mi pareja y yo nos repartimos las tareas y cuidados de nuestra hija, con el gran apoyo de la madre de mi compañero. Cuando desaparezco del mapa, ellos se ocupan de todo y cuando vuelvo a casa, mi hija no parece descontenta. Ella comprende que mi trabajo es así: que unas veces la puedo llevar al colegio porque no estoy rodando; pero que otras veces no habla conmigo en varios días porque estoy en la otra parte del mundo. Sin duda, mi pareja es un tipo de compañero que apuesta por mi carrera al igual que yo.” (Almudena Sánchez)
“Dudo que el cine sea compatible con mi visión de lo que es ser madre, pero llegué a la conclusión de que quería ser cineasta y que jamás podría hacer otra cosa que me hiciera feliz y me completara. El resto lo resolveré cuando llegue el momento.” (Fee Stothmann)
Caminos futuros
Jessie Maple
“No me cabe duda de que el éxito de una mujer en muchas ocupaciones aún se ve dificultado por un fuerte prejuicio contra una de su sexo haciendo un trabajo que ha sido llevado a cabo por hombres durante cientos de años. Por supuesto, este prejuicio está desapareciendo rápidamente, y hay muchas vocaciones en las que no ha estado presente desde hace mucho tiempo. En las artes de la interpretación, música, pintura y literatura, la mujer ha ocupado un lugar entre los de mayor éxito durante mucho tiempo y cuando se tiene en cuenta lo vitales que son estas artes para la producción de películas, una se pregunta por qué no encontramos los nombres de cientos de mujeres entre los creadores de los fotodramas de éxito” (Alice Guy Blaché, Motion Picture World, 1914)
En 1914, Madame Blaché preveía que los prejuicios contra las mujeres en el cine estaban a punto de desaparecer. Era obvio para ella que estaba perfectamente preparada para contar grandes historias y su trayectoria personal, con unas mil películas en su haber, corroboraba esto. Algo más de un siglo de historia ha demostrado que, en gran medida, se equivocó. Lo que le parecía absolutamente lógico no sucedió. Ahora vivimos otro momento en que parece percibirse que gracias a pequeños triunfos, como la nominación de Rachel Morrison al Oscar, toda esta situación va a verse drásticamente modificada.
Quizá esta apreciación no sea errónea, lo que sí es cierto es que un triunfo puntual por sí sólo no puede cambiar una dinámica social que lleva tanto tiempo arrastrándose. Es un gran momento para abrir el diálogo, plantear soluciones y abrir nuevos caminos para un futuro diferente. Si pensamos que por una batalla está ganada la guerra, esto no sucederá. Hace falta regar las semillas que se han plantado para que éstas crezcan. Hay que seguir currando, vaya.
Tres piezas clave son necesarias para conseguir que este cambio se asiente: los referentes, la contratación y la visibilidad.
Iniciativas como el libro de Mujeres de Isabel Ruiz nos recuerdan cómo las mujeres han sido, en muchos casos, borradas de las páginas de la historia. Existen mujeres directoras de fotografía desde que existe el cine, pero los grandes referentes no las incluyen. Es cierto que en esta especialidad contamos con poca historiografía, quizá por su especialización técnica. Han aparecido obras puntuales celebrando la obra de mujeres, pero falta que los que son (o desean ser) profesionales, manejen sus nombres, más allá de unos pocos eruditos en foros de cine feminista. Hemos compilado una pequeña lista de referencia que puede ser un punto de partida para interesados.
Los referentes nos ayudan de varias maneras. En primer lugar, ya desde la formación, para que tanto ellas sepan que pueden hacerlo como para que aspirantes a directores sepan que pueden contar con un trabajo al mismo nivel que el de otros. Esta influencia se puede desarrollar en tiempo para, en segundo lugar, ayudar a que desde otros departamentos no surjan problemas a la hora de contratarlas. No es necesario crear una historia de la fotografía en la que se segreguen hombres y mujeres, sino, simplemente, incluirlas en ella.
La contratación es, por supuesto, un elemento clave, puesto que un director de fotografía queda definido por su trabajo. En 2002, el presidente de la International Cinematographers Guild (IATSE 600) dijo en la revista Hollywood Reporter: “No culpéis a la ASC ni al sindicado por la falta de mujeres operadoras. Debemos mirar a los que contratan en la industria: los productores. Hay muchas mujeres cualificadas para ser directoras de fotografía, pero nadie les da una oportunidad[n17] ”. Como en cualquier problema de carácter sociológico, es complicado buscar culpables concretos. En muchos casos no se puede, pero el cúmulo de experiencias a lo largo de generaciones debe indicarnos algo. A las mujeres se les ofrece menos trabajo, de menos presupuesto, con tendencia al documental y al indie, y se duda mucho más de sus capacitaciones técnicas. Ser un hombre joven que está empezando es cool, ser una mujer joven que está empezando hace que se cuestione tu conocimiento técnico y capacidad física. Esto puede cambiar si la actitud de productores y cadenas cambia, así como la de directores, por la importancia de las parejas creativas. Las mujeres del sector también quieren ser tu Tonino para que el director pueda ser un gran Eastwood, un Deakins para tus Cohens o Libatique para un Aronofsy. Nos faltan más Agnès Godards para Claire Denises.
Por último, hace falta saber que existen. La creación de plataformas para visibilizar a estas profesionales ha sido un elemento clave dado que, por las circunstancias de la situación, muchas no llegan a tener acceso a las asociaciones profesionales clásicas de cada país. Desde iniciativas como Illuminatrix, Cinematographinnen o Cinematographers XX se está ayudando mucho en este apartado. En México se llevó a cabo la primera reunión de cinefotógrafas el año pasado, las cuales pronto empezarán a publicar una revista electrónica llamada “Apertura”. A raíz de la reunión organizada por CIMA el pasado junio, Pensar con la luz: Directoras de fotografía, han surgidos dos iniciativas complementarias para dar visibilidad a las mujeres españolas.
El colectivo “Directoras de fotografía” cuenta con diecisiete profesionales y tres nuevos talentos. Para su acceso, requieren cinco años como profesional de forma continuada y tres para nuevos talentos, además de tener web personal en activo. Este colectivo puede dar respuesta a personas que digan: “No hay profesionales”, y puede ser una buena plataforma promocional para sus miembros. Su presentación oficial será en el Festival de San Sebastián de este año.
La segunda iniciativa, todavía sin nombre oficial y en proceso de creación, complementa a esta. De carácter inclusivo, busca unir a todas las mujeres del equipo de cámara con la intención de cohesionarlas y que se puedan apoyar mutuamente de forma solidaria. Aceptará no sólo a directoras de fotografía, sino también a ayudantes, auxiliares, etc. El planteamiento es que todas tengan cabida, al margen de su recorrido, puesto que este no siempre depende de la calidad de cada una como profesional, sino de las oportunidades que se les ha brindado. Se puede esperar que empiecen a funcionar en los próximos meses.
Como revista técnica del sector, asumimos también un papel en la visibilización. El nombre Cameraman deja fuera a las mujeres y, por esa razón, se cambia en este momento a uno más inclusivo. Nos gustaría que el cine, una gran herramienta para contar historias, cuente con todos a la hora de crearlas. Nos preguntamos por qué no hay cientos de nombres de mujeres en las películas que vemos en salas y aspiramos a un futuro donde así sea y donde artículos como éste hayan quedado realmente desfasados por una realidad que ya los ha superado.
Dorothy Dumn
“Hay que abrir espacios donde las mujeres que deseen trabajar con la cámara puedan tener contacto con las que ya ejercemos, ayudarlas a entender de una manera amable y sin miedo cómo es nuestro trabajo en realidad.” (Celiana Cárdenas)
“Hay que luchar por la transformación y desaparición de muchos comportamientos machistas enquistados en la forma de trabajar. Siento que la única manera de que nuestra posición en el mundo laboral pueda modificarse es poniendo frenos a conductas abusivas desde dentro de la institución, en nuestro caso, del cine.” (Raquel Fernández)
“Parece que las productoras siempre nos dan cosas pequeñas, con poco dinero, en las que no les importa que una mujer haga la foto”, dice. “En cine, los proyectos manejan mucho dinero, y tienes cuatro equipos a tu cargo. Parece que a los productores y a las cadenas les cuesta más ver a una mujer en ese puesto. Por eso, al final, siempre acabamos en cosas pequeñitas, documentales, cosas que parece que tienen menor responsabilidad o peso y que no hay problema que las haga una mujer.” (Eva Díaz)
“Habrá que aprovechar este momento, el hecho de que se nos conozca puede hacer que empecemos a ser visibles de verdad y se nos dé trabajo. He oído comentarios en los que se juzga a las mujeres de no ser tan buenas fotógrafas y yo me pregunto qué trabajos han visto para juzgarlas. Si se nos da la oportunidad de hacer las películas que se estrenan en salas, se podrá valorar la calidad de nuestro trabajo, pero primero tendrán que darnos la posibilidad de trabajar.” (Isabel Ruiz)
“Faltan referentes. En el momento que los productores vean que hay mujeres nominadas a los Goya, que hay proyectos gordos que han llevado a cabo mujeres, con garantías y con éxito visible, en ese momento esto dejará de ser. Por eso, es importante que haya referentes, para que los productores y las cadenas nos vean de otra forma. Así, habrá más mujeres que verán que sí se puede y no les pasará como a mí, que no veía que esto era una posibilidad. En realidad, cuando llegas a director de fotografía todo eso que te decían del peso de los equipos deja de existir. Una directora de fotografía no carga pesos a no ser que quiera llevar la cámara, pero puede no llevarla y traer un operador.” (Eva Díaz)
“Creo que se está haciendo bien ahora dando visibilidad. Es un camino largo, no va a cambiar de un día para otro. La fórmula no la sé. Ahora hay subvenciones de discriminación positiva y en este último año me han llamado de películas que no lo hubieran hecho nunca.” (Neus Ollé)
“Creo que también puede influir que haya más directoras y productoras mujeres. Habría que fomentar todos los departamentos, pero creo que ahora hay muchas asociaciones de mujeres, incluso en la producción hay medidas de financiación que dan puntos por tener directoras de fotografía. Es algo que se está trabajando y que cada vez van a tener menos problemas. Si alguien quiere contar historias a través de la luz, que siga su camino: en las escuelas cada vez hay más mujeres directoras de fotografía. Si es una profesión a la que se quieren dedicar, que vayan a por todas.” (Blanca Aysa)
“Tengo mucha fe en que las mujeres somos muy buenas aliadas de las mujeres. A medida que haya más en la profesión, van a contratar a más mujeres.” (Cristina Trenas)
"Hay que luchar por la transformación y desaparición de muchos comportamientos machistas enquistados en la forma de trabajar. Siento que la única manera de que nuestra posición en el mundo laboral pueda modificarse, es primero poner frenos a conductas abusivas desde dentro de la institución en nuestro caso, del cine." (Raquel Fernández)
“Ha llegado el día en que la visión femenina, que existe dentro de todos nosotros, debe florecer y expresar para poder empezar a compartir y no a competir. La necesidad actual es cuidar al vecino a todos los niveles para poder crecer juntos y la que sabe hacer esto, la que tiene las herramientas, es la mujer. No quiero pensar en todas las cosas que he visto, sentido u oído sobre discriminación porque, para mí, ya estamos en una nueva era y todo mi entorno – hombres, mujeres y yo misma – lo valoraremos.” (Lara Vilanova)
“Creo que hace falta que las productoras y los directores confíen en las mujeres. Está claro que podemos trabajar igual de bien que los hombres. Sólo necesitamos gente que nos contrate. Esta profesión ha sido, desde hace mucho, una de hombres. Es hora de que esto cambie. Una forma de hacerlo es dar más visibilidad a las directoras de fotografía y contratarlas para producciones más grandes.” (Ona Isart).
Brianne Murphy
Solo algunos Referentes femeninos
Rosina Cianelli. Posiblemente la primera mujer en créditos como directora de fotografía, por Uma transformitas original (1915).
Margery Ordway. Trabajaba tras la cámara girando la manivela en 1916.
Dorothy Dunn, Louise Lowell y Grace Davidson. Operadoras de cámara en los años ’10.
Jessica Elvira Borthwick (1888-1946) se fue a rodar la Guerra de los Balcanes en 1913, con 22 años y tres días de formación con la cámara.
Francelia Billington (1895-1934) fue operadora de cámara en la primera mitad de la década de los ’10 y pasó a ser actriz protagonista en la segunda.
Brianne Murphy (1933-2003) Entre los años ’20 y ’50 no hubo mujeres tras la cámara en Hollywood. Hasta inicios de los ’70, la única fue Brianne Murphy, quien también fue la primera directora de foto de una película de estudio, Fatso (1980). Ente sus obras se incluye Autopista hacia el cieloy La casa de la pradera. Fue la primera mujer que entró en al ASC en 1980.
Janice Loeb (1902-1996) es una excepción a la falta de directoras de fotografía en los años 40. Es conocida por In the Street (1948)y The Quiet One (1948), nominada al Oscar al mejor documental y guion.
Sharon Calahan y Danielle Feinbergson pioneras en traer la dirección de fotografía al cine de animación. Entre las dos han iluminado clásicos como Bichos, Toy Story 2, Buscando a Nemo, Wall-E y Coco.
Jessie Maple (1947 - ) en 1976 fue la primera mujer americana de color aceptada en el sindicato de operadores de cámara, tras un largo proceso legal para conseguirlo.
Marina Goldovskaya (1941-). Documentalista soviética. A Bitter Taste of Freedom (2011), Vlast Solovetskaya (1998). Publicó la obra A Woman With a Movie Camera donde habla sobre su trabajo.
Cristina Trenas fue en 2014 la primera mujer nominada al Goya a mejor dirección de fotografía, por Sombras de Nueva York.
Rachel Morrison (1978 - ) fue la primera mujer nominada al Oscar a mejor dirección de fotografía este mismo año.
Marina Goldovskaya
+ Referentes
Maryse Alberti (1954 - ) es conocida por su trabajo en El luchador (2008), Velvet Goldmine (1998) y Stone (2010) así como por La visita (2015), de N. Night Shyamalan.
Natasha Braier (1974 - ) es una directora de fotografía argentina conocida por Neon Demon (2016) o XXY (2007).
Charlote Bruus Christensen (1978 - ) fotografió La caza (2012), de Thomas Vinterberg, una obra de gran éxito en Cannes y que le valió un galardón por su trabajo. Su primer largometraje, Submarino (2010), fue seleccionado en Camerimage. Entre sus películas más recientes destaca Un lugar tranquilo, donde fotografía el silencio para una obra de terror y ciencia ficción.
Agnès Godard (1951 - ) colabora habitualmente con Claire Denise y ha ganado varios premios César por su trabajo. Su trabajo es esencial para la estética de las películas de Denise, con obras como Beau Trevail (1999). También ha trabajado con Wim Wenders en El cielo sobre Berlín (1987) y con Erick Zonca en La vida soñada de los ángeles (1998).
Nina Kellgren (1948) es un referente británico. Con una larga carrera, donde destacan Solomon and Gaenor (1999) y The Making of Maps (1995), hoy en día es vicepresidenta de Imago.
Ellen Kuras (1959 - ) ha trabajado con Michel Gondry, Spike Lee, Sam Mendes, Jim Jarmusch, Rebecca Miller, Martin Scorsese y muchos otros. Ha ganado tres veces el galardón a la excelencia en dirección de fotografía dramática en Sundance y ha sido nominada al Oscar a mejor documental, el cual además co-dirigió. Quizá su obra más conocida sea ¡Olvídate de mí!, dirigida por Gondry.
Reed Morano (1977 - ) es muy popular en estos momentos por su participación en El cuento de la criada, pero es además una gran directora de fotografía, con obras como Frozen Rivers (2008) y Kill Your Darlings (2013). Recientemente estrenó I Think We’re Alone Now, la cual dirigió y fotografió.
Tami Reiker (1964 - ) fue la primera mujer galardonada por la ASC con su premio extraordinario por el trabajo que realizó en al serie Carnivàle(2003). Es conocida por High Art (1998) y Beyond the Lights (2014). Está en preproducción de una película de acción.
Nancy Schiesari ha rodado más de 30 documentales para las cadenas más importantes de todo el mundo.
Nancy Schreiber (1949 - ) empezó su carrera como gaffer en los años 70. Dio el paso a la dirección de fotografía a través del documental y cuenta con una prolífica filmografía. Es conocida por Dead Beat (1994), Las cadenas del deseo (1992) y Noviembre(2004), ganadora en Sundance a la mejor fotografía
Personas citadas:
Blanca Aysa es representante en la agencia Plan B, especializada en directores de fotografía.
Celiana Cárdenas es la primera cinefotógrafa de México y miembro de la AMC. Ha trabajado con Lubezki y Rodrigo Prieto entre otros.
Eva Díaz cuenta con una sólida carrera. Destaca tanto su trabajo como ayudante junto a Storaro, su experiencia como operadora de cámara y su trabajo como directora de fotografía en Selfie (2017) o Los comensales (2016).
Raquel Fernández lleva desde el 2000 viajando por todo el mundo y rodando largometrajes, publicidad y documentales. Destacan Las furias (2016) y A Fallible Girl (2013).
Ona Isart estudio en la Escac y estrenó en 2018 su primer largometraje, One Star Rider.
Maura Morales Bergmann es miembro de la ACC. Es conocida por The Awakening of Love (2009).
Neus Ollé estudió en la Escac y en el Reino Unido. Fotografió El cant dels ocells (2008), por la que ganó un premio Gaudí. Su documental The End For Beginners (2007) también fue nominado en Camerimage. Ahora acaba de rodar La hija de un ladrón (2019).
Isabel Ruiz ha trabajado en cortometrajes, virales, largometrajes y documentales. Es autora de la serie de libros Mujeres.
Almudena Sánchez tiene una larga trayectoria en el equipo de cámara. De entre sus trabajos como directora de fotografía, destaca El debut (2016) y Sacromonte, los sabios de la tribu (2014).
Vanesa Sola es directora de fotografía de Mi querida cofradía (2018) y Los inocentes (2013).
Fee Strothmann es ayudante y operadora de cámara.
Cristina Trenas es directora, guionista y directora de fotografía. Fue la primera mujer nominada a mejor fotografía en los Goya por su película New York Shadows (2013)
Lara Vilanova es una colorista y directora de fotografía que ha colaborado con empresas como The Chimney y Discovery Channel.