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La Incubadora de la ECAM: cómo fomentar la producción respetando la autoría

09/07/2025

Hablamos con su responsable, Rafa Alberola, así como con una de sus mentoras y su mentorizada

La Incubadora de la ECAM es un programa que promueve el desarrollo de largometrajes desde el ámbito de la producción, a través de mentorías, workshops y tutorías dictadas por reconocidos representantes de la industria audiovisual. A punto de concluir su octava edición, hablamos con Rafa Alberola, director de ECAM Industria y responsable de La Incubadora; Rai María, directora del proyecto mentorizado ‘El gran desgarro’; y Lina Badenes, mentora de producción, sobre el laboratorio por el cual han pasado más de cuarenta proyectos a lo largo de sus ocho ediciones.

Un origen fundado en las necesidades de la industria

Hace casi una década, si bien existían laboratorios enfocados en la creación y dirección cinematográfica, en España y Europa eran escasos los ejemplos de laboratorios y programas dedicados a la producción, según un estudio que llevó a cabo la ECAM en aquel momento. En ese contexto, nace esta iniciativa cuya propuesta de mentorías y tutorías ha dado vida a películas notables y galardonadas de la cinematografía nacional, como ‘20.000 especies de abejas’, ‘Matria’ u ‘O corno’, entre otras. Muchas de las producciones que han participado en el laboratorio a lo largo de este tiempo han podido verse en festivales como Berlinale, Locarno, San Sebastián, Toronto o Málaga, y además han cosechado un total de 38 nominaciones a los Premios Goya, lo cual habla de un modelo que ha sabido conectar la creación con las diversas ventanas de distribución. 

Las mentorías que se llevan a cabo en La Incubadora priorizan la producción sin dejar de lado la importancia del guion.

Según Rafa Alberola, encargado de La Incubadora, el programa nació de la necesidad de formar a los productores, puesto que “no había un lugar al que pudieran acudir para adquirir esos conocimientos que siempre se presupone debe tener un productor, y que muchas veces lo adquieren de boca a oreja a través de figuras que, con generosidad, van transmitiendo ese conocimiento”. Teniendo en cuenta lo expuesto, y con el fin de que los productores y directores puedan dedicarse enteramente al desarrollo de los proyectos participantes, el laboratorio entrega una dotación de 10.000 euros a cada uno de los participantes dividida en una cuota mensual. 

Selección de proyectos

Los proyectos que aspiran a formar parte del laboratorio son recibidos por dos comités independientes. Un primero, encargado de preselección, está compuesto por productoras y guionistas, quienes leen todos los proyectos que llegan, y también se encargan de hacer una preselección de quince proyectos, tras discutirlos entre los miembros del comité. Después, los proyectos pasan a un segundo comité, que este año estuvo compuesto por dos productoras y una guionista, quienes eligieron finalmente los cinco proyectos que formaron parte de esta edición. Sobre el perfil de estos proyectos seleccionados, expone Rafa Alberola: “Lo que se valora es la coherencia entre la propuesta artística y la propuesta de producción del proyecto. También se valora el guion, sin dejarnos guiar por una línea editorial ni un estilo de película específico. En realidad, buscamos voces y miradas genuinas, y, sobre todo, que la dupla de producción-guion tenga sentido”. 

Los proyectos participantes reciben una dotación de 10.000 euros para que se puedan dedicar enteramente al desarrollo de las películas.

No obstante, algo que llama la atención en esta edición es que la totalidad de los proyectos han sido escritos por mujeres, lo cual habla también de la creciente importancia que tienen las voces femeninas en el cine español: “El hecho de que hayan entrado cinco proyectos dirigidos por mujeres es casualidad, porque en realidad estos eran los cinco mejores proyectos. Esto no era algo buscado para nada, ya que los proyectos cada vez más vienen mejor estructurados. Además, se está desmitificando la idea de ‘la película dirigida por mujeres’, y un ejemplo de eso es la película de Rai María, que se aleja de ese canon al ser una comedia negra irreverente”. 

Sobre este auge de voces femeninas en el cine español agrega la mentora y también productora Lina Badenes: “Si bien es cierto que distintas medidas institucionales, como el sistema de puntuación del ICAA, han favorecido la creciente cantidad de proyectos dirigidos y producidos por mujeres, en ningún momento se valoró que, por ser mujer, su producción se iba a facilitar. Más bien se trataba de evaluar cuán coherente es un proyecto con relación al sistema de coste con sus intenciones artísticas. Además, hoy en día, en la industria se siguen produciendo más películas dirigidas por hombres que por mujeres”. 

En busca de una mirada autoral

Muchas veces se ha puesto en discusión el papel de los laboratorios a la hora de fomentar una mirada autoral. Y aunque esta sea una discusión que compete más a los creadores que han formado parte de los laboratorios, Lina Badenes –quien antes de ser mentora formó parte de La Incubadora con ‘La inocencia’ de Lucía Alemany (ver entrevista al DOP Joan Bordera en https://www.cameraandlightmag.com/revista/camera-light-105/ ), indaga en su trabajo guiando la mirada de las nuevas productoras que forman parte de La Incubadora: “Todos los proyectos son fantásticos, porque llegan muy trabajados, es fácil acompañarlos, y, muchas veces, ya saben cómo hacerlo. Sin embargo, aunque cuentan con las herramientas, las primeras veces una se siente más insegura o tiene menos contactos y, en ese sentido, mi trabajo consiste en apoyarles y que luego los proyectos avancen por sí mismos. Por ejemplo, en ‘El gran desgarro’, que produce Cristina Hergueta y que dirige Rai María, ambas llegaron con un proyecto muy singular, muy trabajado, y con una idea muy clara de dónde colocarlo, y nosotras simplemente las acompañamos en ese proceso”. 

Las mentorías impartidas por reconocidos miembros de la industria son totalmente personalizadas.

Asimismo, al recordar la primera edición de La Incubadora, de la cual formó parte Lina Badenes, y que significó un punto de inflexión en su carrera, comenta: “Fue un antes y un después, porque el acompañamiento que tuvimos en La Incubadora, los expertos que tuvimos como mentores de producción y de guion, así como todas las personas que nos acompañaron en las sesiones, fue clave para nosotras. Además, la película se estrenó en San Sebastián, tuvo varias nominaciones a los premios Goya, Gaudí, Berlanga, entre otros”. 

El gran desgarro

La directora Rai María forma parte de la última edición de La Incubadora con ‘El gran desgarro’, una comedia existencialista y dramática, donde unos personajes en torno a los 40 años comparten piso mientras lidian con el hastío de su realidad. La película plantea la conexión entre lo cotidiano y un desgarro cósmico que podría acabar con todo el universo. En nuestra charla, la directora ahonda en su experiencia al haber trabajado esta comedia en el laboratorio, donde, además de la producción, el trabajo se ha enfocado en la escritura: “El guion ha tenido un amplio margen de mejora, y siento que el que presentamos para entrar a La Incubadora, comparado con el guion que tenemos ahora, es mucho más trabajado, mucho más rico y divertido también.En este caso, los comentarios de las tutoras han sido muy importantes, al igual que el de las compañeras”.

‘El gran desgarro’ es una película de humor negro que prevé su rodaje el 2027.

Al preguntarle sobre la capacidad de mantener la autoría del proyecto -tras pasar por este tipo de laboratorios- que prevé en 2026 concretar su financiación, y llevar a cabo su rodaje en 2027, la directora enfatiza: “El proyecto sigue siendo mío, incluso creo que cada vez más. Yo he sentido en la Incubadora muchísimo respeto por nuestro proyecto, por nuestro perfil, por nuestro trabajo. Aquí solo he sentido que las demás han apoyado lo que queríamos hacer, dándonos algunas claves y cuestionándonos también. No he sentido en ningún momento que alguien nos estuviera intentando encauzar por donde nosotras no queríamos ir, y eso ha sido muy positivo en La Incubadora”. 

A estas declaraciones, acota Rafa Alberola, a modo de cierre sobre este laboratorio que se ha consolidado como uno de los más relevantes en el ámbito de la producción cinematográfica: “Para nosotros es fundamental respetar esa visión de las directoras porque no es nuestro lugar decirles qué película tienen que hacer, puesto que ellas son las autoras. Entonces, el programa no se centra tanto en la parte creativa, sino que propone más bien un acompañamiento muy individualizado, donde se busca ayudar a las directoras a hacer la mejor película”.

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