Las bases de la internacionalización del hub audiovisual español

ALÍA participó ayer en la Ventana CineMad aportando la perspectiva de las industrias técnicas

ALÍA está formada por casi medio centenar de empresas técnicas y de servicios entorno a la producción audiovisual en nuestro país. «Para mí es un honor estar al lado de empresas de renombre internacional como Deluxe o El ranchito y conseguir juntos la consolidación de una misma alianza», introdujo Javier Valdés de Ad Hoc, vicepresidente de la asociación. «Desde la desaparición de AITE no había una asociación con una fuerza necesaria para representarnos delante de las instituciones».

Por parte de Vanessa Ruiz- Larrea de Deluxe se puso en valor la fase de postproducción en la cadena de la producción audiovisual: «En los últimos años, la forma de crear contenidos ha cambiado muchísimo con la evolución tecnológica que se produjo del workflow en 35mm al workflow digital; desde entonces, los cambios son constantes, tanto del workflow como las propias ventanas de consumo de contenido. Las empresas de postproducción somos un player importante que debe estar involucrado desde el principio en el proyecto. Ahora nos toca tener una capa todos nosotros de asesoría: tenemos que acompañar a los creadores de contenido con esta asesoría, analizar desde el principio todo lo relativo al workflow que tienes que hacer en postproducción pensando también mucho en ventas internacionales. Por eso, recomendamos estar desde el principio de la producción, para planificar bien todo el trabajo».

Vanessa Ruiz-Larrea

Por su parte, Gonzalo Carrión de El Ranchito aportó el punto de vista de una empresa cuya proyección internacional ha servido de inspiración para muchas otras empresas en nuestro país, en cuanto a la capacidad de las empresas técnicas españolas de cara a clientes internacionales. «El caso de El ranchito es el de una serie de profesionales que no estaban contentos con lo que se estaba haciendo y sabían que podían hacerlo mejor. Eso necesariamente te hacía mirar a referentes como Estados Unidos. Haciendo mucha investigación de las técnicas y procesos usados en otros países se generan nuevas dinámicas que introducen nuevas maneras de hacer las cosas. Con esa voluntad de llegar a un pasito más allá es como se hizo ‘Lo imposible’ (JA Bayona). Eso nos puso en el mapa. A partir de ahí, es un trabajo de ‘pico y pala’, entrando poco a poco en títulos internacionales menos conocidos, dándote a conocer y haciendo pequeños trabajos lo mejor posible. De hacer 10 planos de una película llegaba otro de 20 planos, y así poco a poco hasta llegar a donde estamos ahora, en shows donde tenemos 300 planos. Nosotros no somos financieros, somos técnicos y artistas que creemos que las cosas siempre se pueden hacer mejor. En nuestras reuniones nos lo cuestionamos todo, nuestro objetivo es entender mejor al cliente, saber lo que necesita y darle la tranquilidad de que cuando te da un proyecto lo vas a poder ejecutar: darle seguridad».

Gonzalo Carrión

Para Carrión, esa es la base de la internacionalización: «Los españoles somos excelentes técnicos y muy buenos artistas, y cada vez hay más reconocimiento. ¿Qué nos falta? Nos falta fuelle, ser más industria, ser más empresas, mayor tecnicidad. Cuanto más grande te haces, empiezas a entrar en la problemática de la seguridad del contenido y en los retos constantes de la evolución tecnológica que requieren mayor inversión. Pero esa complicación te lleva a esforzarte más y reforzar el I+D, para hacer más eficiente tu pipeline, y eso genera mucho know-how, primero por la capacidad de mirar fuera a ver cómo lo hacen otros y aplicarlo, algo que se aplica después a las producciones españolas. En las que nosotros participamos, ya empiezan a tener todo ese know-how, y, con la entrada de las plataformas, ya empiezas a entrar en los estándares. La información fluye y colaboras en todo el proceso. Y estos procesos ya están nutriendo otras industrias paralelas como la publicidad, lo que contribuye a que el sector se fortalezca más». 

Desde el caso de éxito mundial de «La casa de papel», comenta Vanessa, «ahora es un momento increíble para nuestra industria. Nuestro talento, tanto artístico como técnico, se está exportando, y se está viendo la velocidad en la capacidad de respuesta de nuestras empresas para adaptarse a los nuevos workflows de las plataformas. El tejido industrial que hay en España se está viendo fuera».

Javier Valdés

Aunque los tres ponentes de la charla representaban a las empresas de postproducción, ALÍA es una asociación conformada por empresas que intervienen en toda la cadena de valor, y que tras la llegada de las plataformas trabajan bajo unos mismos estándares, pasando por la renovación constante de los equipos de cámaras hasta la entrega final del producto siguiendo los nuevos requerimientos. «El estándar de calidad hace que necesariamente subas a la posición requerida, y en ese momento ya eres competitivo. Pero la implementación de esos estándares es algo muy duro que requiere mucha inversión y que asumen las empresas: no tenemos ayudas ni información, es todo a base de prueba y error. No estamos compitiendo en igualdad de condiciones». 

Javier Valdés, de Ad Hoc Studios, explica que en la postproducción de sonido los estándares llevan mucho tiempo instaurados, «desde que se dobla el sonido con las majors tarbajamos así, por lo que para nosotros los cambios actuales han sido fáciles y asumibles. La única novedad es la cantidad de contenido y la diversidad de ventanas de exhibición, que para nosotros tampoco ha variado mucho desde la irrupción del vídeo y de las televisiones privadas, ahora cambiando un poco la tecnología y la velocidad». 

En la charla también se destacó, para lograr la competitividad internacional como industria, la necesidad de formar a los técnicos en oficio, no solamente en la enseñanza de los nuevos equipos y softwares, sino en el aprendizaje de los sistemas de trabajo dentro de las empresas técnicas.