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‘Els mals noms’, ópera prima de Marc Ortiz Prades, rescata la historia de La Pastora y se estrenará en el Festival de Sevilla

13/10/2025

El director de fotografía Alberto Bañares retrata a este personaje con la cámara Alexa 35 y las ópticas Signature Primes

El Festival de Cine Europeo de Sevilla acogerá el estreno de la ópera prima del cineasta Marc Ortiz Prades, ‘Els mals noms’, producida por Paloma Mora de Admirable Films y TV ON Producciones y Marc Muñoz, Lamalanga Produccions. La película, que cuenta con el apoyo de RTVE, À Punt, 3Cat, el Institut Valencià de Cultura (IVC), el Institut Català de les Empreses Culturals (ICEC) y Afin SGR, ha sido seleccionada en la sección Rampa, el espacio del certamen dedicado a los nuevos talentos del cine europeo.

‘Els mals noms’ se presenta como un retrato fílmico íntimo, austero y fragmentado sobre la figura de Florencio, conocido popularmente como “La Pastora”. Este hombre intersexual nacido el 1 de febrero de 1917 vivió más de 30 años como mujer hasta que se atrevió a ingresar en la guerrilla para huir de la Guardia Civil. Un hecho que la propaganda franquista utilizó para convertirle en el chivo expiatorio perfecto a quien acusar de todos los crímenes sin resolver de la zona. Una leyenda negra que todavía hoy perdura en el imaginario colectivo, pero que el director recupera en su debut en el largometraje desde una mirada profundamente humana.

Tráiler oficial de la película.

“El vínculo personal que tengo con esta historia es tal, que resulta imposible romperlo: me crié por las mismas calles por las que corría la Pastora, jugaba en los bosques donde se escondía y mi abuela, que es quien me lega su historia, fue una de sus modistas”, comparte su también guionista.

La propuesta constituye un ejercicio de recopilación de memoria oral de varios años a cargo de Ortiz Prades, a partir de los relatos de numerosas personas que conocieron directa o indirectamente a Florencio. El realizador los ha dramatizado y distribuido a lo largo de una estructura narrativa intencionadamente mínima, evidenciando que los hechos que esta película expone pertenecen a un relato fragmentado donde existen vacíos.

‘Els mals noms’ se ha construido como una desmitificación del personaje y una reivindicación de la diferencia, en palabras de su autor, “es una crónica de transformación y de libertad personal en una época en que lo distinto era condenado”.

El filme combina el rigor histórico con la poética visual, mientras juega con planos largos, un tempo pausado, interpretaciones sobrias, atmósferas sonoras que nacen del naturalismo y decorados minimalistas.

Estructura capitular para tres intérpretes

Tres intérpretes, Adrià Nebot, Álex Bausá y Pablo Molinero, encarnan al personaje en diferentes momentos de su vida. El filme adopta una estructura capitular, donde cada uno correspondiente a una etapa vital y a un nombre distinto por el que se conoció al protagonista. “Por un lado, esta decisión responde a la naturaleza fragmentada de los relatos orales que he ido recogiendo y que son la materia prima desde la que se escribió el guión. Por otro, sirve para contextualizar los distintos nombres que le impusieron o eligió”, apunta el cineasta.

El propio Ortiz Prades describe su película como un “biopic histórico intencionadamente fragmentado”, una obra donde el público completa el sentido de la historia a través de los silencios y los vacíos. Nos encontramos ante una película atípica de posguerra. “‘Els mals noms’ es una experiencia de búsqueda, donde el espectador debe investigar y elucubrar. La satisfacción está en ir resolviendo los interrogantes”, afirma.

Para el cineasta, Florencio Pla Meseguer simboliza la diferencia y la resistencia frente a la norma impuesta. “La Guardia Civil encontró en su diversidad la cualidad perfecta para construir un relato donde lo diferente era automáticamente asimilado como lo ilegal, lo perverso, lo incorrecto, lo enfermo… todo lo malo en definitiva. Mi película busca desmontar esa mentira y reivindicar la humanidad de Florencio”.

‘Els mals noms’ es, en definitiva, una película que invita a mirar de nuevo lo que creíamos conocer, un retrato sensible de un personaje que se negó a vivir bajo los nombres impuestos.

“Esta historia me fue legada por mi abuela, pero es también la historia de muchos otros que como Florencio fueron silenciados por su origen, naturaleza o género. Y, sobre todo, es la historia de alguien que solo quería ser reconocido tal y como se sentía: un hombre”, concluye Ortiz Prades.

Rodaje en localizaciones naturales del macizo de Els Ports

Rodada en las comarcas de Els Ports y Baix Maestrat de Castellon, y en las de Montsià, Terra Alta y Baix Ebre de Tarragona, en localizaciones naturales donde vivió Florencio, ‘Els mals noms’ mantiene la identidad lingüística y paisajística del territorio, donde los personajes se expresan en el valenciano/catalán local y transitan los mismos parajes de olivos, algarrobos y piedra seca por donde La Pastora pastoreó, se escondió y luchó. Ortiz Prades concibe esta decisión como una forma de devolver al territorio su propia voz.

Rodada con una relación de aspecto narrativa

Visualmente, ‘Els mals noms’ utiliza un formato de imagen que va mutando a lo largo del metraje pero con un predomino del 1:33, una elección que intensifica la cercanía y priva al espectador del horizonte durante buena parte del metraje.

“Al inicio, Teresa vive atrapada en una tierra de la que no puede desvincularse y que le impide expresarse -explica el director-. Pero a medida que avanza la trama, el horizonte aparece y se amplía, acompañando simbólicamente su metamorfosis en Florencio”.

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